Estamos tan acostumbrados a la normalidad y a que las cosas sigan un patrón, que cuando topamos, chocamos o visualizamos algo que se sale de ese libreto, nuestra primera conclusión es que nos quieren hacer algún daño, que esa persona es un prepotente, egocéntrico, narcisista o simplemente que somos un experimento o como dicen que somos usados como un “conejillo de Indias”.
Le tememos a perder el control de lo que podamos sentir, experimentar o vivir porque el mundo y la rutina nos consume (el trabajo, el hogar, nuestra familia) son tantas cosas que consumen nuestros pensamientos; que nos olvidamos de pensar en nosotros y si lo hacemos nos sentimos egoístas, porque es erróneo ponernos en primer lugar. Dejamos de ser nosotros y terminamos siendo lo que los otros quieren que seamos: una buena mamá, una buena mujer, una buena hija, un buen hermano, un buen amante, un buen esposo y un buen hombre de familia, no tenemos espacio a equivocarnos y si eso sucede la conciencia nos carcome a tal extremo que somos el mayor crítico destructivo de nosotros mismos.
Ser un conejillo(a) de Indias no debería ser tan malo si eso nos recuerda a vivir, a que somos seres humanos y podemos equivocarnos, levantarnos, caernos, seguir y lo más importante nos da esa chispa o sentimiento de lo valiosa que es la vida. Al final del día, desde la perspectiva que se vea, solo se vive una vez o bueno, cada día es un día más o un día menos que se tiene para hacer lo que realmente nos haga feliz.
Hace algunos años leí que somos portadores de una máscara, la cual utilizamos con las personas por varias razones, una de ellas es el miedo, el que conozcan nuestras vulnerabilidades y porque bueno, esta máscara se ha construido con el paso de los años desde que estamos con nuestra familia y con el paso del tiempo.
Otro de los puntos que había leído es que el miedo es uno de los peores aliados que se pueden tener y dentro de las interrogantes del autor le planteaba al lector lo siguiente: ¿Dónde estarías en este momento si no tuvieras miedo? Es una pregunta muy amplia porque no solo depende del no tener miedo el estar en un lugar u otro, pero es la génesis de que se deriven en otras circunstancias; igual hablar de miedo es bastante amplio porque se puede tener miedos que desconocemos que existan o que sean por sí mismos miedos.
Para finalizar este escrito, lo único que me gustaría que interioricen o que puedan criticar es que tanto están acostumbrados(as) a la normalidad a seguir un escrito de lo que sucederá, que experimenten, sean un conejillo de indias, lo más que puede pasar es que el experimento fracase, pero les aseguro que aprenderán mucho en el proceso. Debatan consigo mismos y vean que tanto han podido perder o dejado ser por usar una máscara y por estar atados a temores o miedos que al final del día están ahí porque vivimos por alguien más, todo esto el día que muramos nadie lo recordará por estas razones: Vivan sus vidas sin limitaciones que vida, aunque solo una, si continuamos vivos nos sigue regalando la oportunidad de vivirla a nuestra manera y con nuestros errores.
0 comentarios